fotografía: Riche
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En el marco del festival Ensems,
que organiza el Institut Valencià de la Música, el día 30 aterrizó en Valencia
el Kronos Quartet. Estos señores no destacan tanto por su virtuosismo
interpretativo, como por su programa, fundamentalmente contemporáneo y actual,
dentro de las supuestas limitaciones que impone un cuarteto de cuerdas
tradicional. Y digo supuestas limitaciones porque lo cierto es que en el
Refectorio del Convento del Carmen, estos señores nos brindaron alguna
pieza sorprendente con los más diversos instrumentos. Conozco al KQ fundamentalmente por las interpretaciones que han hecho de los minimalistas
americanos, muchas de ellas encargadas por ellos mismos. En este sentido cerraron
el concierto con una obra no estrenada en España, como fue WTC 9/11 de Steve
Reich, que recordaba en su concepción a Different Trains: voces grabadas de
testimonios reales que vivieron una tragedia, repitiendose en busca de un
ritmo, y arropadas por unas cuerdas que se amoldan a la estructura que la grabación impone. Del
programa original cayó una pieza de Valentin Silvestrov, pero finalmente fue
recuperada en los bises. También incluyeron algunas piezas tradicionales
orientales, pero sobre todo destacó la sutil belleza de Flow, un breve capricho electrónico que aparece en el álbum Homeland, de
la compositora Laurie Anderson, pero que en El Carmen sonó gloriosamente,
frotada en las cuerdas del cuarteto californiano. Fue un concierto memorable, en
el que nadie se aburrió, gracias a la variedad de compositores y estilos que se
programaron y en el que escuché por primera vez la obra de Donnacha Dennehy, un compositor irlandés al que habrá que hacer un cuidadoso seguimiento.
imagen: web IVM
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