Un drama antiguo y un ejercicio de estética. Cuando oí
hablar de esta película pensé como muchos que llegaba con mala suerte, ya que
otros se habían adelantado a su director. Primero porque Michel
Hazanaviciu se había atrevido con una película que ya corría los riesgos
de ser muda y en blanco y negro y aunque su triunfo de crítica y taquilla han
podido ayudar a eliminar reticencias, corre el riesgo de ser comparada con
ella. Por otro lado el mismo año se han estrenado otras dos películas con el
mismo título. Fui al cine con reticencias, animado tan solo por unas imágenes
que me sorprendieron por su belleza… y fue un acierto. La película tiene pocos
peros, tal vez la amargura de la crueldad que destila la historia. Pero la
estética, la fotografía, el vestuario, la música y las actrices son
maravillosas, las actuaciones estupendas y la historia funciona bien sin perder
fuerza ni encanto en ningún momento y revive en el ánimo de un espectador una
España antigua que algunos aún hemos saboreado en sus últimos coletazos. Es una
historia de Blancanieves muy sui géneris, que no pierde de vista el original
pero que tiene elementos propios muy genuinos y que encuentra elementos
narrativos sorprendentes y divertidos. Muy recomendable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario